domingo, 6 de marzo de 2011

CAPÍTULO 4: QUIÉN ME CAUTIVÓ (SEGUNDA PARTE)

A las 18:00 llegó a la para del autobús, donde lo esperaban sus amigos.
-¿¡Qué horas son estas de llegar!? - le recriminó Fran.
-Pues la hora a la que habíamos quedado ¿no?
-No. habíamos quedado a las 18:00 y son las 18:01 - añadió Pedro.
-Jajaja. Que gracioso...
Todos se echaron a reír.
El autobús llegó al cabo de 5 minutos. Eran un 12. Se montaron con dirección al centro. Se bajaron en Plaza Ponce de León. Tenían la intención de ir a la Fnac.
-¡Bueno! Hemos llegado. Vámonos y nos picamos a lo que tengan en la Wii - dijo Diego.
-Venga vamos - animó Pedro.
Legaron a la Fnac y estaba lleno de gente. Subieron al 2º planta donde estaban los videojuegos. Cada uno se fue por su lado: Pedro cogió una NDS y echó unas partidas al New Super Mario Bros; Adri fue la PS3 donde estaba el gran turismo; Diego y Fran cogieron la Wii y pusieron el modo de dos jugadores para darle al Sonic Colours. Estuvieron cerca de dos horas pasándolo en grande.
-¿Vámonos ya , no? - preguntó Adri.
¿Ya tienes hambre? - preguntó Diego.
Un poco... - admitió Adri.
-Venga, vale. Vámonos - dijo Fran.
Los cuatro se fueron. Dieron un paseo por las calles del centro. Se pararon además en la Casa del Libro a ver si pillaban algo interesante.

Después de 30 minutos, fueron al McDonnald´s que se encontraba en Plaza del Duque. Lo raro es que apenas había cola. Solo esperaron unos minutos hasta que pudieron pedir. Todos, excepto Adri, pidieron poca cosa: Pedro pidió una hambuerguesa y una Coca Cola. Fran pidió lo mismo. Diego pidió unos nuggets de pollo y un McFlurry. Ahora Adri: Menú Big Mac. Fueron a la tercera planta, la que se encontraba más arriba y empezaron a comer. Adri bajó al cabo de un rato a pedir un helado. Ya que le quedaba bastante comida, los demás le birlaron patatas y nuggets. A llegar no se dio cuenta de lo que habían hecho, y los tres se reían como unos enanos.
Pero Adri llegó con una expresión rara.
-¿Qué te pasa, Adri? - preguntó Pedro.
-Os parecerá raro. Pero mientras esperaba a que me dieran el helado, me dio por mirar por la ventana.
Vi una sombra moverse y una chica persiguiéndola. Habrá sido mi imaginación.
Lo demás se miraron y se quedaron pensando.
-Lo que pasa es que tanta comida te ha afectado, jajaja - mencionó Fran.
-No creo. Habrá sido mi imaginación.
Solo Diego reparó en ese detalle. ¿Una sombra moviéndose? ¿Una chica que la perseguía?
-Ahora vuelvo. Voy al servicio.
Mentira. No iba al servicio. Bajó rápidamente las escaleras las escaleras y fue al exterior del edificio. Vio a la chica correr a lo lejos y decidió seguirla.
-¿Será la misma chica de ayer? - preguntó Gineon.
-Eso es exactamente lo que vamos a comprobar.
Llegaron a la calle Sierpes siguiendo a la chica. Diego se quedó apartado y pensó que sería ,ejor ver que pasaba antes de entrar en acción.
La chica se detuvo delante de la sombra, sin hacer movimiento alguno. De la sombra se materializó un demonio. Su aspecto era como el de humano, pero de color rojo y con cuernos.
-¡Hasta aquí has llegado, humana! ¡No podrás contra mi!
Sin decir palabra, la chica se movió rápidamente y se lanzó contra el demonio, asestándole un golpe con su arma, que era una vara.
-¡Maldita! ¡No conseguirás vencerme!
-¡PATADA TORNADO! - gritó ella. Su poderosa patada que corta el viento impactó en el brazo del demonio, arrancándoselo de cuajo.
La sangre que emanaba del brazo derecho del demonio paró al cabo de unos segundos. Lo peor es que pudo regenerar su brazo.
-¿¡Haz visto eso, niña!? ¡¡No puedes hacer nada!!
El demonio se lanzó contra la chica pero ella le dejó paralizado con una descarga eléctrica. Cuando se disponía a usar su Patada Tornado otra vez, apareció alguien más.
Una sombra se posicionó por detrás de la chica y la agarró. Era otro demonio, al parecer, compañero del anterior. Dos contra una. Diego no podía seguir viendo esto.
-¡Dos contra una no vale! - gritó Diego.
-¿Qué haces tú aquí?
-Ayudando ¿no?
Los dos demonios cargaron contra ellos. La chica se apartó y Diego pegó un salto superando al demonio que tenía por delante en altura. Los demonios no se lo podían creer. Dos humanos los estaban superando. Rugieron con fuerza y se abalanzaron sobre la chica.
-¡Diego! - avisó Gineon.
-Si ¡ROMPE ROCAS! - gritó Diego. Con las rocas que emergieron del suelo logró apartar a las bestias.
-Gracias... - dijo la chica.
-¿Perdona? ¿Me lo estás agradeciendo? - se extrañó Diego.
No hubo respuesta ya que las dos criaturas saltaron sobre ellos. La chica los logró repeler con una descarga eléctrica.
-¡Malditos humanos! - rugió
-¡Os arrancaremos vuestras entrañas! - gruñó el otro.
Los demonios se liberaron de la electricidad que les paralizaba y volvieron a cargar.
-¡Acabemos con esto de una vez! ¿Listo Gineon?
-Juntos ¡RUPTURA DE TIERRA! - gritaron los dos a la vez. La mano de Diego se iluminó y cargó corriendo contra uno de los demonios. El demonio voló unos metros hacia atrás a la vez que se abría una grieta en el suelo.
-¡PATADA TORNADO! - gritó la chica. La patada creó un tornado, que a la vez cortó el viento creando un tornado, que a la vez impactó en la cabeza al otro demonio.
Diego corrió para asestarles un golpe a los demonios con la espada. pero vio a la chica corriendo a gran velocidad, también para patear otra vez a los demonios.
-Acabemos rápido - sugirió Gineon - Tus amigos te esperan.
-Es cierto. Los  he dejado en el McDonnald´s. Al menos ahí están seguros.
Los demonios se recuperaron y quisieron volver a cargar.
-¡Tú! - habló Diego, dirigiéndose a la chica - Utilízame como base para impulsarte.
Diego dio un salto y dejó que la chica saltara sobre su pecho, con lo que cogió una gran altura.
-¡CAÍDA RELÁMPAGO! - gritó la chica. Impactó contra los demonios a la vez que los electrones que habían en el ambiente formaran una corriente eléctrica. Era como una bola de energía eléctrica que caía desde las alturas. Los demonios salieron volando. Diego aprovechó para rematarlos con la espada. Los demonios se desintegraron en medio del espectáculo luminoso que se había originado.
-Gracias por haberme ayudado - dijo ella.
-De nada. ¿Tú nombre?
-Sakura ¿y tú?
-Diego.
-Nos vemos en otra ocasión - dijo Sakura mientras se fue corriendo a gran velocidad.
-Espera... - A Diego no le dio tiempo de reaccionar y se quedó con una expresión pensativa.
-¡Diego! ¡Diego! ¡Holaaaa! - dijo Gineon.
Diego se fue con una sonrisa en la cara, en dirección al McDonnald´s donde le esperaban sus amigos. Al llegar, seguían hablando como si nada.
-¡Hombre! ¡Ya era hora! - dijo Fran.
-Había cola - contestó Diego.
-Vámonos ya - dijo Adri.
Los 4 cogieron el autobús para irse a sus casas.
Y Diego descubrió que había alguien mas como él. Deseaba volver a verla en otra ocasión.

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