martes, 7 de junio de 2011

CAPÍTULO 13: UNA DOLOROSA SEPARACIÓN

Era un Sábado a las 4 de la madrugada. Diego estaba durmiendo después de ese maravilloso día que no olvidaría fácilmente.
A Gineon le pasaba todo lo contrario.
Gineon se sentó en una silla. Miaraba hacia la Luna y las estrellas. Se sentía intranquilo, algo le preocupaba. Pensó en despertar a Diego para hablar con él y así se le iría la inquietud.
-"Mi tiempo aquí acaba. Pero no quiero marcharme".
Gineon seguía contemplando la oscuridad de la noche. De pronto, se quedó quieto. Escuchó una voz en su interior que le estaba hablando. Esa voz se escuchaba severa y rígida, pero transmitía cierta sensación de armonía.
-"Tu tiempo en la Tierra acaba. Mañana por la noche te presentarás en la Puerta Espiritual, en el centro de la ciudad donde te encuentras."
-"¿Ya tengo que irme?"
-"¿Qué pasa? ¿Has amigos en la Tierra o qué?"
-"Esto..."
-"Ya lo veo. Estás unido a un cuerpo humano. Has quebrantado nuestras normas y mereces un castigo."
-"Pero, ¿por qué?"
-"Porque no puede ser. No puedes poner en peligro nuestra existencia y además involucrar a un humano, y tan joven, en tu tarea."
-¡Él aceptó voluntariamente! ¡Y tiene potencial!"
-"Eso no lo aceptaré. Serás castigado por tu rebeldía. Mañana debes presentarte ante mí en la Puerta."
-"¡No! ¿Iré solo para ser juzgado? ¿Y qué pasará con el chico?"
-"El humano... no recordará nada."
Una luz emergió del interior de Gineon y se posó sobre Diego. El ángel fue sacado a la fuerza del chico mientras este seguía durmiendo. Diego comenzó a olvidarlo todo: los combates, sus poderes, sus nuevos amigos... También iba a olvidarla a ella, a Sakura. Y Diego no se daba cuenta de eso. Todos los recuerdos que tenía Diego de las últimas semanas referentes a Gineon quedarían en el olvido, sin que nadie lo pudiera remediar.
Gineon salió volando por la ventana de la habitación de Diego.
-"Adiós, amigo mío. Estos recuerdos nunca morirán para mí... aunque por desgracia pata ti sí. Con todo lo que hemos pasado: los duros combates, tu amor por Sakura... todo eso lo olvidarás. Siempre te recordaré."
El ángel salió llorando de la Barriada San Diego en dirección al parque Miraflores. Nunca más volverá a ver a Diego, y además lo iban a castigar de manera injusta. Aunque los recuerdos de su estancia en la Tierra no se los quita nadie. Sabía que si se quedaba pondría en peligro a Diego y no quería que eso ocurriera. Solo ese pensamiento le empujaba a irse.
Habrá sido quizás la noche más triste de su vida.

Diego se levantó ese día cerca del mediodía. Se sentía un poco fuera de lugar. Sentía que le faltaba algo, algo muy importante, aunque no sabía el que.
Se vistió y desayunó. Cuando llegó, sus amigos lo esperaban.
-Vengaaaa. ¿Estas que horas son de llegar? - preguntó Fran.
-Fallo mío. Me retrasé un poco - respondió Diego con cierta indiferencia.
-¿Te pasa algo? - preguntó Pedro.
-Siento como si me faltara algo.
-Suele pasar - añadió Fran.
¿Empezamos? - preguntó Pedro.
Los tres se fueron hacia la otra punta del parque. Comenzaron a correr. Llegaron a una zona del parque donde apenas había nadie, cerca de una gasolinera. Allí se dedicaron a entrenar Muay Thai. Después de dos horas y media practicando, cuando ya habían agotado suficiente energía, volvieron a sus casas.
En el momento en que se iban, Diego se giró hacia atrás y una imagen se le vino a la cabeza. Se vio a si mismo luchando contra una criatura un tanto extraña. Diego estaba golpeando a la bestia. Luego la imagen se hizo borrosa.
-¿Estás bien? - preguntó Pedro.
-Si. Será el cansancio. Vámonos ya.
Pasaron cerca de la casa perteneciente a finca de la Albarrana. A Diego se le vino otra imagen: se vio a si mismo junto con alguien, que tenía alas. Enfrente suya había otra criatura extraña. La imagen se volvió borrosa.
-¿Diego? - preguntó Fran.
-Sí. Vámonos.
Al llegar a la entrada principal, Diego se fue a su bloque. Todavía tenía esa extraña sensación y esas imágenes, ¿que podrían significar?

Pedro y Fran se pararon una vez que Diego se había ido.
-¿Y de verdad no recuerda nada? - preguntó Fran.
-Es cierto. Cuando se lo contemos a Sakura se quedará destrozada. Y ha pasado justo el día después de la declaración. Aunque esas paradas repentinas que hacía Diego... no sé.
-Quizás todavía recuerde algo. Gineon le habrá influido tanto que incluso ahora lo está tratando de recordar.
-Sea lo que sea es triste. M ehe enterado de que a Gineon se lo llevan hoy, y lo juzgarán. Y lo que es peor, el capitán de los ángeles no atiende a razones. Está convencido de que Gineon ha roto las reglas del Reino Espiritual al aliarse con un humano. Y nosotros no podemos hacer nada para remediarlo. No tenemos la fuerza suficiente para enfrentarnos a él.
-La que se nos viene encima. Los necesitábamos para aguantar los ataques de los demonios.
-Ya veremos lo que pasa.

Diego puso la lista de reproducción nada más llegar a su habitación. Se tumbó en la cama y se durmió.
Entonces tuvo un sueño extraño. Se vio a si mismo en chandal negro, con su mano derecha brillando. Enfrente habían más criaturas, como las que se les habían venido a la cabeza en aquellas imágenes que vio en el parque Miraflores con sus amigos. Junto a él vio a Pedro con unas extrañas vestiduras y un bastón de oro. Vio a Fran convertirse en una chica rubia con alas, que portaba una espada de doble filo. Vio a un chico que tenía un cierto aspecto salvaje, como un lobo o algo parecido. Vio un hechicero, con una túnica y capa negras. Justo a su lado había una chica, de pelo negro y que lanzaba rayos contra las criaturas. La chica y él mismo se lanzaban envueltos en una bola de energía contra esos seres.
Además escuchó una voz. Y vio a un ángel a su lado. Era como si estuvieran unidos en un solo ser. Diego no sabía que pasaba. Era como si estuviera viendo una película en su cabeza. Se veía a si mismo viendo toda esa pelea. Entonces fue directamente al Diego del sueño.
-¿Tú... eres yo? - preguntó Diego.
-Soy tú pero a la vez no.
-¿De verdad no nos recuerdas? - preguntó la chica.
-Siento una sensación extraña. Como si esto fuera real de verdad.
-Di que sí - dijo Fran.
-¿Qué es lo que te dice tu corazón? - preguntó Pedro.
-Que sí. Que esto ha pasado. Pero, ¿cuándo y por qué?
-Luchamos juntos. La nieve estuvo bastante bien. ¿No te acuerdas? - preguntó el chico-lobo.
-Te esperaré hasta que me reucerdes - dijo la chica.
Y se despertó. Diego no sabía muy bien lo que había pasado. ¿Qué significaban aquellas imágenes que vio en el parque? ¿Qué significaba ese sueño? ¿Por qué todos lo trataban de maera tan familiar? ¿Quién era esa chica? Y sobre todo... ¿de quién provenía esa voz?
Diego se levantó de la cama. Había dormido cerca de una hora. Fue a comer. Entonces se preguntó si aquellos sería real y lo que vivía ahora mismo fuera un sueño. Regresó a su habitación y encendió el ordenador. Al lado del ordenador encontró una pluma. Diego pensó que era de una paloma que había pasado cerca de su ventana y había soltado una pluma. Pero la pluma era de blanco puro. Cuando la tocó, se le vino a la cabeza la imagen del ángel que vio en su sueño. Y le habló.
-"¿Te unirías a mí para proteger a tus amigos?"
Diego apartó la pluma rápidamente y se quedó pensativo. Entonces de repente respondió.
-Me uniré a ti, Gineon.
Fue en ese momento cuando lo comprendió todo. Gineon no estaba, eso era lo que le faltaba. ¿Por qué no estaba? ¿Habría sucedido algo?
Diego salió a la calle y llamó a Pedro y Fran por el móvil para que le aclararan las ideas.



PRÓXIMO CAPÍTULO: ADIÓS GINEON.
*CON ESTOS DOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS ACABA LA PRIMERA TEMPORADA. TIEMPOS OSCUROS Y TRSITES ACECHARÁN A NUESTROS PROTAGONISTAS.*

1 comentario:

  1. Joodeer... que penaa Diego no recuerda nada...
    Espero que lo recuerde pronto... que va a pasar con Sakura? :S

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