viernes, 15 de abril de 2011

CAPÍTULO 10: LA FUERZA DE LOS ELEMENTOS

Eran las 07:00. Diego se levantó para ir al instituto. Aunque ahora iba con una mentalidad distinta. Ya no es solo por sacarse el bachillerato. Ahora su obligación, su deber, es protegerlos. Protegerlos a todos de los demonios.
Lo bueno es que cuenta con su amigo Fran para defender el edificio. Aunque tenía miedo de defraudar a sus amigos.
-¿Preparado? - preguntó Fran.
-Sí. Mejor estar atentos. Me estoy viendo venir lo peor - dijo Diego.
Era un día Martes y tenían Tecnología a primera hora. Nadie traía hecho el ejercicio propuesto para ese día, salvo Santi. Santi salió a la pizarra a lucir conocimientos. Diego y Fran tenían la cabeza puesta en defender el instituto en caso de un posible ataque.

Fue nada más tocar el timbre al finalizar la hora y vinieron unos profesores a evacuar a los alumnos. La clase de Tecnología bajó rápidamente las escaleras. en dirección al patio. Allí se reunieron con el resto de alumnos del edificio. Todos estaban ahí, Todos menos Diego y Fran. Diego fue al servicio para cambiarse; se había comprado un chándal negro y unos botines negros. Así se sentía más cómodo para combatir. Fran se refugió en la casa abandonada del instituto para cambiar de forma. Los dos se reunieron en un rincón del patio.
-Aguántalos... - dijo Gineon.
-¿¡Pero dónde están!? - preguntó Diego.
-¡A tu derecha! - gritó Ahriel.
Venía un grupo de seis demonios con ánimo de destruir todo lo que había a su paso.
-¡ROMPE ROCAS! - gritó Diego. Consiguió con las rocas desequilibrar a los demonios. Luego los remató con la espada.
Un demonio volador de gran tamaño venía a atacar. Era una gárgola. La intervención de la gárgola se vio frustrada por el ataque Viento Real de Roc, el Águila Imperial.
-¡Dale fuerte, pájaro! - gritaban el resto de alumnos, que miraban boquiabiertos la pelea que se estaba desarrollando.
-¡CORTE CICLÓN DOBLE! - gritó Ahriel, a la vez que usaba su espada doble para ayudar a Roc.
-¡GRAN IMPACTO! - gritó Diego, a la vez que saltaba y daba una vuelta en el aire, golpeando con fuerza a la gárgola y desintegrándola.
-¡Bieeeeeeeen! ¡Toma ya! ¡Son la caña! - exclamaban los espectadores.
-Cubridme. Ahí vienen más. Lo voy a usar.
-Vale.
Ahriel y Roc lanzaron sendas corrientes de aire para dificultar el paso de los demonios. Mientras tanto, Diego apartó a todos los demás para que no resultaran heridos con su ataque. Una vez que consiguió que la gente se alejara, Diego se posicionó unos metros detrás de Ahriel y comenzó a reunir la esencia sagrada que reside en todas las cosas.
-¡Ahriel! ¡Tú y Roc! ¡Apartaos! - gritó Diego, cuando iba a golpear el suelo. La chica y el Águila  Imperial se apartaron - ¡No sabéis lo que habéis hecho viniendo aquí! ¡Comprobad nuestra fuerza! ¡LA TIERRA!
La energía sagrada perforó el suelo y alcanzó a los demonios.
-Bien hecho - puntualizó Ahriel.
-¡Detrás de ti! ¡RUPTURA DE TIERRA! - gritó Diego, protegiendo a la guerrera con su ataque. Alcanzó a dos demonios en pleno salto con su ataque a la vez que abría una grieta en el suelo.
De pronto escucharon una explosión procedente del otro edificio. Más demonios irrumpían violentamente destrozando el lugar.
-¡No puede ser! ¡No...! - exclamó Diego.
-¡Son demasiados! ¡No podemos cubrir tanto terreno nosotros solos! - dijo Ahriel.
Pero de repente uno de los demonios salió volando por los aires, electrizado. Otro salió volando en otra dirección y parecía que lo hubiera golpeado un tornado.
-¡PATADA TORNADO!
-¡Sakura! ¡ Has venido! - exclamó Diego emocionado.
-Vine en cuanto escuché las explosiones. ¿Estás bien? - preguntó Sakura.
-Aquí tirando. Gracias por ayudarnos.
-Esto - titubeó Ahriel - Chicos. No se si interrumpo algo, pero ¡cuidado con esa bola de fuego!
Pero esa bola no iba para ellos. Iba hacia los demonios.
-Pero qué... ¿Qué es esto? - preguntó Gineon.
-Es él... - dijo Sakura.
Era el desconocido que atacó a Sakura hace algunos días. El mismo que al poco tiempo salvó a Diego y Ahriel de los demonios y su líder de fuego. Nuevamente aparecía para sacarles del apuro, aunque desconocían su identidad.
La bola de fuego desintegró a cinco demonios a la vez. Barrió al resto golpeando su bastón de oro contra el suelo provocando un gran terremoto. Previamente había puesto a salvo a los alumnos y profesorado haciéndolos flotar.
-Ha sido fácil - dijo el desconocido.
-Gracias por tu ayuda. ¿Quién eres? - preguntó Diego.
El desconocido bajó su capucha. Y ante el asombro de Diego y Ahriel se reveló su identidad.
-No creo... - dijo Fran que volvía a su forma humana.
-¡Tú! ¡Pedro! ¿Qué es esto? ¿Cómo es posible? - preguntó Diego, atónito por la revelación.
En efecto, era su amigo Pedro. Quien lo iba a pensar. Aunque a estas alturas Diego ya se lo tragaba casi todo.
-¿Qué pasa? Claro. No te lo había había comentado... Jeje - dijo Pedro.
.¿¡No me lo habías comentado!? Y tú si que sabías lo mío. Y por si fuera poco atacaste a Sakura y además...
Bueno. Calmaos - dijo Fran.
-Se que os lo tendría que haber contado pero no quiero que allí arriba se enteren de esto.
-¿Allí arriba? - preguntó Gineon - ¿Vienes de arriba?
-Más o menos. Pertenezco a ambos mundos.
-Esto... A  ver. Explicadme que ando un poco perdido - dijo Diego.
-Verás - explicó Gineon - Tú amigo, por lo que he visto, es un avatar. Tiene el poder de controlar los elementos. Pero lo que no me entra es que tienes que ver tú con el Reino Espiritual.
-¿Reino Espiritual?
-Lo que los humanos llamáis ''el Cielo''.
Tengo una esencia en mi interior. Algo que todavía no despierta. y esa esencia procede del Reino Espiritual. Por eso tengo que ver con ellos. Prometí ser su aliado a cambio de que yo pudiera desarrollar esa esencia.
-Claro. Pero entonces... ¡yo he oído hablar de ti! Pero te llamabas de otra forma ¿no? - dijo Gineon.
-Para proteger mi identidad, los ángeles me sugirieron que cambiara de nombre. El nombre por el que tú me conoces es Alan.
-De acuerdo. Pero ¡Pedro, joder! ¿A que venía el atacar a Sakura?
-Solo era para comprobar su fuerza. Dio unas sensaciones bastantes buenas. Ahora que todos nos conocemos podemos luchar todos juntos.
-¡Si! - exclamó Fran.
-No suena mal - dijo Sakura.
-Y nosotros no nos quedamos atrás ¿eh? - añadió Diego.
-Por supuesto - contestó Gineon.
-Además he conseguido informarme de lo de ese hechicero - dijo Pedro.
-¡Vayamos a visitarlo! - sugirió Sakura.
-Vale. Veamos cómo se encuentra - dijo Diego.

El grupo se dirigió a la casa abandonada de Zongo'o en el parque. Antes de llegar, encontraron a unos demonios a quienes destruyeron rápidamente. Una vez desintegrados, prosiguieron su camino.
-Irían a por Zongo'o - dijo Diego - ¡Démonos prisa!
Pero al llegar encontraron la casa vacía. Diego reparó en una nota que había sobre la mesa.
''A mis nuevos amigos. Gracias por ayudarme. Pero no os pondré en peligro. Me marcho para afrontar mi destino. Zongo'o ''
Los chicos salieron del lugar un poco tocados por el acontecimiento.
-El ataque de los demonios será dentro de un año aproximadamente. Esperemos encontrarle antes de que ocurra para averiguar más detalles.
-Hasta entonces, ¡seguiremos peleando duro! - exclamó Diego.
Después de eso, todos volvieron a sus casas.

1 comentario: